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Está claro que a nadie le gusta pagar cuando puede encontrarlo gratis, pero… ¿Realmente las inmobiliarias pueden cobrar al comprador?

Pues sí, teóricamente hay inmobiliarias que cobran al comprador, sin embargo, el dinero sale del bolsillo del vendedor, y te vamos a explicar como…

El caballo de Troya inmobiliario: ¿Realmente no vas a pagar nada? Así funciona

La situación es sencilla, hay dos formas de trabajar en el sector.

A.- La inmobiliaria que cobra un porcentaje o fijo sobre el valor de venta: Esta es la opción más clara y lógica, ya que es el propietario el que solicita un servicio profesional (Y por tanto quien debe pagar el servicio), pero sobre todo, porque el propietario sabe en todo momento qué coste le va a suponer dicho servicio.

Continuando con el ejemplo anterior, si la agencia cobra un 4% + IVA (Que suele ser la media en Valladolid), el propietario sabe que de 100.000€, el coste de la inmobiliaria supondrá 4.000€+IVA. Además, de este modo el agente inmobiliario intentará venderlo en lo máximo posible para ganar más, beneficiando al propietario.

B.- La inmobiliaria que «cobra al comprador» y no al propietario: Esta opción agrada a muchos propietarios, dado que para vender un producto o servicio no hay nada mejor que decir la palabra mágica: «gratis». Sin embargo, vamos a ver rápidamente lo que implica esto.

Volviendo a este sencillo ejemplo, sabemos que el mercado no admitirá más que en torno a 100.000€, por lo que ¿adivinas qué hará la inmobiliaria? Muy sencillo, lanzará ofertas al propietario por el importe restando lo que desea ganar. Si desea ganar un 4%, ofrecerá 96.000€ al propietario, si desea ganar un 10%, ofrecerá 90.000€…

De este modo, cuanto más negocie a la baja la inmobiliaria, mayores sus ganancias.

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¿Qué consigue un propietario acudiendo a una inmobiliaria «gratis»? Las 3 fases para contratar a un enemigo

Cuando el propietario contrata una de las inmobiliarias que «no le va a cobrar nada», inicialmente tiene la sensación de haber cerrado un acuerdo inmejorable, pero con el paso del tiempo…

Pasado el buen sabor de boca inicial pensando que ha conseguido contratar un profesional sin coste alguno, poco a poco se va dando cuenta de que:

1.-Antes de empezar, todo fueron facilidades: Servicio gratis total, el precio será lo que diga el propietario o con pequeñas diferencias y sonrisas de oreja a oreja hasta que se firma el acuerdo de venta con la inmobiliaria. El comercial desborda amabilidad y simpatía, nos pinta todo de color de rosas y escucharemos lo que esperamos oír.

2.- Durante la comercialización del inmueble: Lo que antes era de color de rosa se tuerce, la inmobiliaria te presionará regularmente para reducir el precio, ya que a menor precio, mayor beneficio para la agencia. En este punto todo empieza a torcerse, habrá argumentos para ajustar el precio abundantes y cada vez peores.

O lo que es lo mismo, habrá convertido al agente inmobiliario en su «enemigo», ya que su comisión depende totalmente de lo que sea capaz de rebajar el precio.

Por tanto, las sonrisas y facilidades dan paso a un futuro muy negro e incierto, en el que si no se baja sustancialmente el precio ni la agencia ni nadie lo venderá jamás. Aquí la inmobiliaria ha dejado de ser tan maja y comprensiva ya que en la rebaja que consiga va su sueldo, y el propietario es la presa que debe abatir para lograr un acuerdo en lo que ha ofrecido el comprador.

3.- La hora de la factura: A la presión por bajar el precio, se unirá la duda sobre qué parte es la que se lleva la agencia, cosa que sólo descubrirá en el momento de la firma. Será aquí cuando te enteres de lo caro que le ha salido (porque barato no suele ser, por eso ocultan sus honorarios).

En este punto, el propietario se puede sentir engañado (Y con razón) pero desde el punto de vista legal, han cumplido con lo prometido: Su parte la han cobrado del comprador y si es mucho o poco no es asunto tuyo. (Aunque conocemos casos en los que la factura se la intentan pasar al pobre y confuso propietario).

Este comportamiento se reproduce igualmente en el caso del alquiler de viviendas o inmuebles, aunque en menor medida.

Dado que nuestra política es la claridad, en AFIN Inmobiliaria desde la primera llamada cualquier propietario puede saber cómo trabajamos, lo que cobramos y siempre entregamos nuestras condiciones por escrito. Si quieres comprobarlo, estamos a una llamada de distancia… Contacta con nosotros sin compromiso.